Un Pensamiento "Morrocotudamente Épico"

Cuando presurosos todos nos preocupábamos de separar nuestros tiempos sabatinos, para asistir al curso para corresponsales, en dependencias de la UTA, digo - que con muchos deseos, voluntariosos, gustosos – acudíamos para tratar de aprender más, de interactuar en el conocimiento.
Volver a los pasillos de lo que fuera "la Norte", nuestra querida U. del Norte, edificio herencia de la Junta de Adelanto. Otros rostros, la nueva juventud, más jardines y su imponente biblioteca.
De tantos cursos, seminarios y talleres, sé que algo queda y en este caso fue una palabra, que da vuelta nuestros corazones y espíritus, por lo que encierra su contenido.
El concepto de épico toca el alma, cuando recordamos a un héroe que regala incondicionalmente su vida por una causa; cuando una madre lucha por sus hijos en medio de la pobreza y la desesperanza, para lograr el pan diario. Decimos entonces que eso es épico.

Épicos, así soñamos que sean los actos y gestos en Arica. Para dejar un recuerdo, que no todo fue teórico ni banal. Épico, para dejar algo a nuestros hijos. Una ciudad controvertida en la historia nacional, postergada, aislada desde los inicios, mirada por sobre el hombro, en nuestro entendimiento, por estar tan lejos de la capital del reino, entonces queremos pensar en que será épico, para lograr ese sitial digno, que tanto ansiamos. Golpea nuestra conciencias, cuando viajamos al sur y vemos desarrollo y otro ritmo económico, hermosas carreteras de doble sentido, el verde a raudales y bosques casi interminables ¿y nosotros?
Subir al Morro, todos los ariqueños, enfrentar un par de palos y gritar desde esas alturas, a todo el mundo: ¡Queremos ser parte real de Chile, queremos iguales condiciones como las que tiene nuestro entorno nacional y del país vecino!
Queremos, ansiamos y necesitamos una ciudad unida, con gente de corazones nobles, alejadas de las malditas ambiciones del poder por el poder. Todos tirando en una sola dirección.
Al releer esta reflexión, también me acuso a lo mejor de idealista o demasiado soñador. A lo mejor, nos alejamos de lo épico, cuando actuamos con desidia e indiferencia, cuando nos tratamos de anular unos a otros, cuando nos descalificamos injustamente, cuando no apoyamos de verdad, las mejores ideas, a los mejores líderes, escasos por cierto. Necesitamos hacer la autocrítica también, para mejorar.
Siendo tal vez irreverentes con el concepto, digo igualmente, que el Himno de Arica, es épico, cuando los ariqueños entrelazan sus manos y la pasión y la emoción sobre un Arica que todos amamos, logra la emoción espontánea. Eso es épico, el canal de nuestros sueños y de la unión, de los verdaderos ariqueños, los de nacimiento y los de corazón.
Arica, ariqueños y parinacotenses, demos paso a lo épico, por el bienestar de nuestra amada Región.
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