Criando futuros lectores: lea cuentos a sus hijos

29 Agosto 2009
Escuchar cuentos les enseña a hablar mejor y les aporta nuevas ideas. Una guía sobre cómo leerle a su hijo, títulos recomendados y cómo elegirlos, para que los padres también disfruten. Por Romina Nerguizian
Romina Nerguizian >
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Leerles a los niños tempranamente, aún antes de que puedan discernir el significado exacto de las palabras, no sólo sirve para criar futuros lectores, sino que también los ayuda en lo inmediato a enriquecer su vocabulario y a ampliar el universo de sus ideas. Y por otra parte les provee a los padres una serie de temas sobre los cuales conversar con sus hijos. La repetición, la posibilidad de que las mismas palabras se enlacen una y otra vez los fascina. Así comprender una primera noción de lo que significa leer.
¿Cómo seleccionar la lectura? Si el texto no te gusta, no se lo leas. El niño tiene que ver que uno también lo disfruta. Y en cuanto a cómo leerles, la clave está en “instalarse”. En el momento de la lectura, tiene que haber entrega. ¿Por qué los narradores profesionales se sientan en el piso? Porque tienen tiempo. ¿Quién puede imaginar a una abuela leyendo un cuento parada, o mirando el reloj para ver cuándo se tiene que ir? Ella está ahí para contar historias.
Otro consejo es tratar de colarse en la lógica del mundo infantil, que no es tan lineal como la de los adultos. Uno quiere transmitirles determinadas ideas, pero lo que a ellos los atrapa pasa por otro lado. Por ejemplo, un cuento con una protagonista “espantosamente buena” puede resultarles apasionante.
Los niños de hasta 5 años ya piden cuentos de terror y a algunos padres esto los asusta. Seguramente en el noticiero van a escuchar peores cosas. Además, con el cuento se establece un contrato de ficción. Cuando se termina el cuento, el dinosaurio, por ejemplo, queda adentro. En cambio, el “malo” del noticiero sigue deambulando por las calles.
Una cosa es segura: el impacto de los primeros cuentos es para siempre. Las historias favoritas son incorporadas por los niños, los acompañan toda la vida y serán disparadores de los cuentos que, en un futuro, ellos les narrarán a sus hijos.

Como elegir cuentos para sus hijos:
- ¿El tema le interesa al niño? Si a su hijo le gustan los animales o los camiones, esas son buenas opciones para comenzar. Pero no se prive de elegir también temas que le interesen a usted. Lo mejor de leer juntos es la posibilidad de compartir las cosas que les gustan a ambos.
- ¿Son lindas las ilustraciones? A los niños les encantan las pinturas, los dibujos, las fotos. Y no es necesario que los libros para niños estén llenos de colores brillantes. A veces les encantan los que están ilustrados con simples dibujos en blanco y negro.
- ¿El lenguaje es atractivo? No es necesario que el lenguaje sea exageradamente simple. Basta con que se incluyan suficientes palabras que los chiquitos puedan reconocer para que al mismo tiempo vayan incorporando términos nuevos. Hasta los más chiquitos disfrutan de la poesía, las rimas y los textos de tono musical.
- ¿Qué valores promueve? Al examinar un libro, pregúntese: ¿qué cosas dice este libro acerca de la vida, de las amistades y otras relaciones, del trabajo y el juego, de la naturaleza? Los libros con historias pacíficas pueden ayudar a contrarrestar las imágenes violentas a las que estará expuesto cuando empiece a mirar televisión.
Cómo leerle a su hijo:
• Respete el ritmo del niño. Los niños pueden querer detenerse en un dibujo, empezar por una página favorita o escuchar el principio y después pasar a otro libro. Tampoco es necesario leer el texto completo de cada página: adecue la lectura la lectura al estilo y la paciencia de su hijo.
• Sea creativo. Algunos libros diseñados para niños más grandes pueden ser disfrutados por los más chiquitos si al leerlos se simplifica la historia y el nivel del lenguaje. Un libro alfabético con lindas ilustraciones puede resultar atractivo para los bebés, mucho antes de que estén en condiciones de aprender las letras.
• Lea “a dedo”. A los niños les encanta que les señales las cosas, y les encanta señalar. Hasta los más bebés disfrutarán de responder a la pregunta “¿dónde está la nariz del osito?” abalanzándose sobre el dibujo para apuntar al hocico.
• Agregue “efectos especiales”. Hágale dar saltitos suaves sobre su falda mientras le cuenta cómo cabalga un caballo. Y cuando la ardilla se sube al árbol, haga que sus dedos “se trepen” por su bracito.
• Lea muchas veces el mismo cuento. Los niños adoran la repetición. Por eso es particularmente importante elegir libros que también le gusten a usted.
•“Edite” los cuentos. Siéntase libre para modificar el texto. Por ejemplo, en vez de leer “la hermosa princesa”, algunas mamás eligen la calificación “inteligente” o “valiente”.
• Fabrique sus propios libros. Nada atrapa más a un lector que un cuento personalizado. Elija a gusto de su pequeño las situaciones que le resulten más interesantes o divertidas. O use el libro para revivir o imaginar cosas que lo asustan, como visitar al doctor, para aliviar sus dudas. Use fotos viejas, enteras o recortadas para hacer un collage, o recorte revistas para hacer collages. Un cuaderno amplio, marcadores, cola plástica, y a crear.
Una guía de títulos recomendados:
Las edades sugeridas son siempre relativas, guíese por el nivel de comprensión de su hijo:
- A partir de los 3 meses: “Piruetas en el circo”. Textos de Edith G. de Tálamo, ilustrado por Brigid Theunissen. Un libro para la bañadera con dibujos atractivos, y la posibilidad de adherir el personaje principal a cualquiera de las páginas.
“Mi casa”, ilustrado por Francine Oomen. Su diminuto formato es ideal para manos chiquititas. Las “ventanitas” en cada ilustración permiten jugar con los dedos que se asoman y se esconden, un favorito de los más chicos.
-Desde los 18 meses: “El libro del osito”, de Anthony Browne. Un osito camina por el bosque con un lápiz negro, que usa para dibujar “soluciones” a los más temibles encuentros. Con imágenes contundentes, Browne les habla a los niños de lo que pueden lograr con su imaginación.
“Mi primer diccionario”, de Betty Root. Atrae a los más grandes por su contenido, a los más chicos por sus imágenes. Algo raro y valioso: las fotos son multiétnicas y se muestran personas con discapacidades.
-Desde los 2 años:
“Federico y su hermanita”, de Graciela Montes, ilustrado por Claudia Legnazzi. Federico es un niño muy normal: siente bronca cuando su hermanita le quita tiempo con mamá. Pero lo supera, y descubre a una nueva compañera de juegos. Un punto loable: la casa muestra el desorden típico de las casas en las que viven niños.
“Martín y Julieta”, de Adriana Kriger y Miriam Kriger. A pesar de la pobre impresión, la colección de Martín y Julieta vale la pena por los temas que toca y la manera amena en que lo hace. En este caso, los personajes atraviesan una experiencia muy actual pero no por eso menos difícil: la vuelta de mamá al trabajo. Es interesante el rol que se le da al padre.
-A partir de los 3 años: “La Bruja Berta”, de Korky Paul, ilustrado por Valerie Thomas. La divertida historia de una bruja que lo quería todo negro, hasta que empezó a encontrarse con algunos inconvenientes. Un libro premiado.
“Teo y sus abuelos”, de Violeta Denou. A pesar de los vocablos españoles, la candidez de los dibujos, acompaña bien la historia que se narra. Incluye una guía didáctica.
- A partir de los 4 años: “En el desván”, de Hiawyn Oram, ilustrado por Satoshi Kitamura. Es la historia de un niño que no lograba divertirse con sus juguetes. Hasta que encontró “el desván”, y en él, todo un universo de posibilidades. Sólo que, nos enteramos al final, su casa no tiene ningún desván. Una metáfora para el mundo de la fantasía y sus riquezas.

Comentarios

Imagen de Susana Pisoni

Criando futuros lectores me

Criando futuros lectores me parece muy buena nota

que estimule a través de la lectura el lenguaje de los

niños, y que oriente a las mamás que tipo de lectura

es la más apropiada.