Arica y Parinacota después de La Haya: Rumbo al Centenario del Ariqueñismo chileno

13 Abril 2018

A la espera del fallo, no nos podemos quedar de brazos cruzados. Se trata de una gran oportunidad de unirnos por el Bien Común.

Hermann Mondaca... >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

Han concluido los alegatos en la Corte Internacional de Justicia de La Haya, CIJ. El fallo se espera para los meses de octubre y noviembre del presente año. Habrá que esperar el fallo, con la esperanza que la CIJ no ponga en duda el Tratado de 1904 y que convoque a las partes a dialogar, tema que Chile siempre ha estado dispuesto. Pero, La Haya, le ha otorgado una visibilidad nacional a la región de Arica y Parinacota, que no podemos desperdiciar y de aquello deseamos escribir.

A inicios de la transición, conversando con un asesor presidencial de La Moneda, él me preguntaba ¿qué pasaba con los ariqueños que no se ponían de acuerdo con sus propuestas al Estado central?

En efecto, la última propuesta unitaria de Arica, fue presentada por el Alcalde Santiago Arata Gandolfo (1992). Posterior a aquello, se presentarían propuestas por separado, marcando las diferencias y confundiendo las propuestas políticas por el Bien Común de Arica y Parinacota, con un listado enorme de peticiones y reivindicaciones. Inclusive una de estas peticiones -en ese entonces- era “que no se les cobrara el IVA por la compra de los neumáticos a los taxi colectivos”, lo que le quitaba cualquier seriedad como propuesta.

En la última semana hemos ido viendo varias iniciativas y propuestas que buscan acercamientos unitarios.

- Que el Plan Especial de Zona Extrema, PEDZE, se convierta en Ley (Senador Insulza).

- Que se recupere el sitio en comodato a YPFB de calles Diego Portales con Pedro Aguirre Cerda. Que se aprovechen las aguas del acuífero subterráneo del río Lauca, en beneficio del riego del valle de Azapa y de la ciudad (Diputado Rocafull).

- Que se revisen favorablemente los beneficios tributarios para invertir en Arica y Parinacota, y que se dicte una norma expedita para la devolución del IVA por las compras de los turistas (Senador Durana).

- Que el Estado compense a la ciudad de Arica por la implementación del costo del Tratado de 1904 (Municipio de Arica y Diputado Vlado Mirosevic).

Cada una de ellas merece una discusión y análisis, sin embargo, cabe preguntarse ¿cuál es la propuesta unitaria central por el Bien Común de Arica y Parinacota? Con el objeto de que no nos perdamos en una suerte de “pliego de peticiones”.

La gran oportunidad: Una Nueva Política de Estado para el territorio

Desde el Tratado de Paz con Perú que consagró en 1929, definitivamente la soberanía chilena sobre el territorio, se impulsaron 3 ejes de una Política de Estado para el Departamento de Arica que se extendería hasta el año 1958:

- El excesivo centralismo sobre las decisiones del territorio.

- Una lógica de enclave militar o “contención”, presencia militar de custodia del territorio y encierro.

- La desvinculación del territorio al desarrollo nacional que se impulsaba en el resto del país (industrialización).

En 1958, Carlos Ibáñez del Campo rompe con esas 3 lógicas de la Política de Estado, revirtiendo los ejes por:

- Vinculación al desarrollo nacional (industrialización, creación de Universidades, desarrollo urbano).

- Impulsa la Integración bifronteriza y transfronteriza y rompe con el “enclave militar”, ingresando al Pacto Andino y permitiendo que todos los productos de la industria ariqueña (automotriz, electrónica, pesquera y turística), fluyan con el centro de América del Sur.

- Descentralización, creando la Junta de Adelanto de Arica, que ha sido la experiencia más desarrollada de descentralización del Estado chileno en el siglo XX y lo que va del XXI (Ley de rentas que permitía que los impuestos quedaran en la región).

Esta Política de Estado se implementó transversalmente en los gobiernos de Carlos Ibáñez del Campo, Jorge Alessandri Rodríguez, Eduardo Frei Montalva y Salvador Allende Gossens, y fue –indiscutiblemente- la etapa de esplendor del Departamento de Arica.

A partir de 1973, se reconfiguró aceleradamente la vieja Política de Estado:

- Desvinculación del Desarrollo nacional (desindustrialización y desmantelamiento de la zona industrial).

- Reposición de la lógica de enclave militar (militarización del territorio, Retiro del Pacto Andino en 1975).

- Férreo centralismo (cierre de la Junta de Adelanto de Arica, que fuera el motor del desarrollo, doble dependencia de Tarapacá y Santiago).

Esta situación no solo duró los 17 años de dictadura cívico-militar, sino de una u otra manera se ha prolongado hasta el día de hoy.

El Plan Especial de Zonas Extremas, impulsado por la ex Presidenta Michelle Bachelet, ha sido el inicio del término del abandono de Arica, con una gran inversión pública que ha atraído inversión privada. Por lo mismo es necesario que se extienda y se convierta en Ley en el Gobierno del Presidente Sebastián Piñera.

Sin embargo, pensar la región hacia el Centenario del Ariqueñismo chileno (2029), pasa por la formulación de un consenso transversal y unitario por el Bien Común de Arica y Parinacota, que clame por una Nueva Política del Estado chileno hacia el territorio.

Que reponga los ejes de vinculación al desarrollo nacional (Multi Tratados de Libre Comercio); Que impulse la Integración bifronteriza (Perú y Bolivia) y transfronteriza (Argentina, Brasil y Paraguay); e impulse la descentralización política con una nueva Ley de rentas para Arica.

Esta no solo es una oportunidad para Arica y Parinacota, donde comienza Chile, sino también para el Estado chileno, con el fin que nuestra región sea el puntal de su política exterior hacia el Centro Oeste de América del Sur y sirva de Puente con el Asia Pacífico.

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