Atención Arica y Parinacota: ¿Después del PEDZE, qué?

28 Abril 2018

Muchos quisieron entender -y hacer creer- que se trataba de una bolsa de plata extra (US $1.000 millones) para gastar. Otros entendimos bien que por fin se trataba de un plan director, con una cartera de proyectos, cuyo 60% debía ejecutarse hasta 2018 y el otro 40% hasta 2022.

Juan Arcaya >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

Estas últimas semanas, las primeras del gobierno entrante, han sido bastante especiales en nuestra región, principalmente, sobre cómo se ha asumido el Plan Especial De Zonas Extremas (PEDZE) desde una mirada y discurso político, pero inmediatamente después aparece una mirada comunicacional, con imágenes incluidas, donde las nuevas autoridades le muestran a la comunidad las obras que comenzaron en el gobierno anterior.

Recordemos primero que el famoso PEDZE es un plan estratégico, enfocado en hacerse cargo del déficit de infraestructura pública que arrastraba nuestra región y que la presidenta Michelle Bachelet en los primeros días de su gobierno implementó mediante un decreto presidencial, tanto paras Arica y Parinacota, como para Aysén y Magallanes.

Muchos quisieron entender -y hacer creer- que se trataba de una bolsa de plata extra (US $1.000 millones) para gastar en la región, sin embargo otros entendimos bien que por fin se trataba de un plan director, con una cartera de proyectos, cuyo 60% debía ejecutarse hasta el 2018 y el otro 40% hasta el 2022.

También entendimos que por fin se permitía modificar la evaluación social de proyectos, a través de la metodología de costo-beneficio y no costo-eficiencia que impedía obtener la Recomendación Satisfactoria (RS) por falta de demanda social. A modo de ejemplo, hasta antes del PEDZE, para poder pavimentar un camino rural era necesario que circularan 100 autos a la día y hoy pasan sólo 10. Con esa modalidad y metodología sería imposible que la región creciera en términos de infraestructura pública.

Esencialmente, sin lugar a dudas, en la actualidad la inversión en Arica y Parinacota es la más potente desde los años de la Junta de Adelanto y vino a "emparejar la cancha" en obras publicas que con la famosa "inyección a la vena" del primer gobierno del presidente Sebastián Piñera no llegaron a nuestra región.

Pero no existen indicadores claros que aseguren a nuestra región que este plan especial evolucione en una política pública de continuidad; más allá del color de quien gobierne, empujando el progreso de nuestra región en forma más duradera. Porque más allá de "cuestionar" el verdadero porcentaje de avance de algunas obras -y como algunas autoridades relativizan las mismas, a pesar de fotografiarse en ellas- deberían preocuparse y entender que lo mejor que podría suceder es que este plan no sea transitorio, sino que se torne en algo permanente; no sólo para que estos indicadores sigan en alza, sino también para que Arica y Parinacota sea modelo de desarrollo con el resto del país.

No obstante, preocupa enormemente que la propia Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (SUBDERE) señale que para la región sólo se ha destinado un total de MM $16.193 para la cartera PEDZE 2018, cuando la Intendenta solicitó mediante oficio N° 0292/2018 que para este año se requieren MM $26.367 (es decir, MM $10.000 menos).

¿Cuáles serán los proyectos que no continuarán o deberán parar sus obras por falta de financiamiento?

Quiero pensar que sólo se trata de una desinformación, que recién se está recabando la información necesaria, que fue un dato apuradito sin consultar a la región primero, que pronto vendrán los datos reales y el compromiso de gobierno para definir cuántas viviendas, caminos, espacios públicos, nuevas veredas, sistemas de APR, borde costero, etc., se construirán estos 4 años.

Mientras tanto seguiremos nerviosos preguntando: ¿después del PEDZE, qué?

Ver también: Con la frente en alto y por la puerta ancha