Una necesidad urgente: Centro oncológico en Arica y Justicia ambiental y salud

22 Julio 2022
Si hiciéramos un estudio por vecindario y marcásemos en un plano las casas donde se han producido casos de cáncer, no lo creeríamos.
Veronica Grunewald >
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Hace tiempo tengo una inquietud respecto de los casos de cáncer que se producen en Arica y que no son considerados pues son diagnosticados en Santiago,  por lo tanto incrementan la estadísticas en la capital en desmedro de la realidad de la ciudad y de la región.

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Si hiciéramos un estudio por vecindario y marcasemos en un plano las casas donde se han  producido casos de cáncer, no lo creeríamos. 

Me parece muy poco serio que en una ciudad afectada por los polimetales no haya busqueda activa de casos de algún tipo de cáncer. Asi como se busca activamente casos de Covid, debería buscarse activamente casos de esta enfermedad que provoca mayor número de muertes.Está medida permitiría tratamiento temprano, a tiempo y evitaria la  muerte de gente joven por falta de un diagnóstico. 

Invito a los parlamentarios y autoridades de la región a liderar un programa que incluya diagnóstico temprano de la enfermedad, con especialistas en oncología, anatomopatologia, hematología, entre otros, conectados con la región y sus indicadores de ríesgo y un  centro de tratamiento oncológico de última generación. 

La celeridad para iniciar un tratamiento puede significar la vida de un paciente. Pero los laboratorios están colapsados y los analisis de biopsias pueden demorar un mes. 

Hoy los tratamientos se hacen en Antofagasta o Santiago con los altos costos que esto significa para cualquier familia ariqueña. 

Buena salida tendría Boliden, si se hiciera cargo del financiamiento de este centro. La empresa sueca es responsable del depósito de 21 mil toneladas de metales tóxicos en un área donde más tarde se construyeron viviendas. En eso jugábamos cuando niños mientras el típico viento ariqueño dispersaba las partículas por toda la ciudad. 

Hay  que conversar, llegar a acuerdos. Los ariqueños nos acostumbramos a vivir a medias, con achaques y dolores. Pero no está bien. Los vecinos merecen vivir con la certeza de que el entorno es saludable y si existe algún riesgo, también  merecen contar con la medicina y tecnología para detectar cualquier anomalía  y subsanar. Prevenir, atacar a tiempo. Sanar cómo ciudad.

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