Depresión Norte #4: Tucapel con Loa

02 Abril 2020

Prometo llevar el ostracismo con elegancia, dignidad y responsabilidad.

Carlos Carvajal >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

Celebré año nuevo pasado en familia, tomando oncesita en la tarde y durmiendo temprano. A la mañana siguiente decidí tomarme más enserio en cuanto a mi decisión de querer extrapolarme de la sociedad en la cual crecí.

Tomé valor para hacer consciente mi posición de “Outsider” y escribí esta columna… Hoy en cuarentena, siento que fue bueno haber prometido llevar el ostracismo con elegancia, “disnidad” y responsabilidad... me ha ayudado a sentirme súper tranquilo en este periodo donde guardarse puede significar el salvar vidas.

A final del año pasado conocí en un taller de teatro poblacional a una señora cerca de la esquina de Tucapel con Loa, en una junta vecinal. Fue la primera que me habló  de este tema, me conmovió con su “movie”, aplicó palabritas elegantes y sobre todo, me hizo reflexionar.

He pensado caleta de veces en mencionar su nombre real, me da la pera romper lo íntimo y efímero de nuestra conversación. Menos de 3 frases, full conexión y respeto.

Certera y clara

Yo estaba grabando un video y le dije, En menos de un minuto, cuénteme su experiencia con el teatro comunitario…

Ella trabaja en teatro, me contó que se había auto declarado autista pero con el teatro, trabajo sus fobias. Hoy a sus 63 años lleva una vida preocupándose piola de su relación con el mundo, con más confianza y carisma.

Textual me dijo “Mi nombre es XXXX XXXXXX, tengo 63 años, yo me había auto declarado autista y disfrute del ostracismo durante décadas. Ahora el teatro me ha ayudado a recuperar la confianza en mis congéneres”

Cada palabra de su discurso me conmovía con facilidad, me entregué con atención estoica al encanto de sus palabras, la sentí certera y clara en comentar su experiencia… que sentí muy propia a la vez. Me di cuenta que anhelé de forma dudosa  toda la vida vivir sin contacto humano.

Encontré comprensión y una bonita ilusión de que sí se puede, vivir con dignidad el ostracismo... Me esperancé al ver que esa mujer de 63 años fue una “hikikomori” como yo… que aprendió a llevarlo de forma “cool” eso de compartir en el mundo humano siendo un “outsider” súper consciente de la importancia de los vínculos sociales.

De pronto sentí que dentro de mí había una chica que le gustaba estar acompañada de una chica como ella… empoderada en su discurso, haciéndome despertar sororamente con ganas de seguir aprendiendo de mí misma.

Después de la conversación sellamos nuestro crecimiento con unos besitos en la esquina de Tucapel con Loa.

Nunca más la volví a ver… pero su intención me la llevo conmigo cada vez que reflexiono sobre el cómo ser un “outsider” más versátil y sano.

En la actualidad voy sintiéndome cómodo conmigo mismo un poquito más todos los días. Me siento cómodo como muchacho igual que como muchache. En la soledad soy de genero fluido, soy un humane aprendiendo de si misme.

Cuando entro en contacto con mi parte más “outsider” me siento seguro y amado. Me siento genuino… puedo desde crear hasta reflexionar, navegar en mi mundo interior, apreciar el cosmos y pasarme la “movie” que quiera.

Porque me lleva a rebuscar dentro de mí elementos como la felicidad o la tristeza, para posteriormente compartir (si se da la oportunidad) de manera delicada precavida y agradecida con “otres”.

Sin pretensión, intentando ser tan respetuoso como la señora de Tucapel con su discurso. No me quiero hacer el sospechoso ni misterioso, tampoco amigable… ni aliado de ni una huevá'.

Tu sabí’ que no quiero molestar y que soy una persona oscura que piensa que hasta mi mera presencia podría incomodar a algunos humanos.

Lo comprendí como a los 4 años de edad… que era una hueva de nacimiento y con la maduración he sabido llevar a través de la comunicación efectiva conmigo mismo y con lo que creo que son los “otres”.

Hoy comí lentejitas, me estoy reconciliando con varias legumbres que rechacé  en mi independencia selectiva de alimentos más temprana.  Tengo miedo del juicio ajeno (positivo o negativo como quieran verle) porque soy desquisiadísimamente “desconfiade”,

Mi mala fama y educación culposa nunca me ha dejado desapegarme lo suficiente de la incomodidad o ansiedad social que significa el que me importe o no que es lo que ustedes piensan de mi por mis actos o por lo que puedo generar naturalmente.

Pero quiero tratarte con una sonrisa y de la mejor forma.

Siento tu energía llena de desconfianza
Siento mi energía llena de desconfianza

Prometo llevar mi ostracismo con elegancia, dignidad y responsabilidad.

Todos invitados a ver este espectáculo