La Constitución de Todos: ¿Qué Contiene una Constitución?

26 Agosto 2015

Las Constituciones son tan diversas como distintos son los países que las acuerdan, sin que exista un catálogo de contenidos pre-establecidos u obligatorios, lo importante es que su contenido refleje y represente a la ciudadanía.

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En nuestra primera columna, al preguntarnos ¿Qué es una Constitución?, más allá de describirla desde lo jurídico como una ley, decíamos que es un acuerdo social sobre nuestra organización básica como país. Desde esa perspectiva, una Constitución, más que fundar o crear nuestra sociedad, debe hacer eco de lo que ya somos, albergando nuestras convicciones comunes y las formas de conducta que nos parecen que deben guiar nuestra organización. Una Constitución debe tener un contenido que represente, sino a todos, a la mayoría de las personas.

Como podrán imaginar, al tener que reflejar un acuerdo social, las Constituciones son tan diversas como distintos son los países que las acuerdan, sin que exista un catálogo de contenidos pre-establecidos u obligatorios. Sin perjuicio de ello, hay algunos aspectos que todas las Constituciones comparten, como la determinación de cómo nos organizaremos administrativa y territorialmente como país (ej. si seremos un país unitario, federal, regionalista, etc.), qué sistema político adoptaremos (ej. si seremos un país monárquico, democrático, presidencialista, parlamentario, etc.) y los derechos y deberes de todas las personas, también conocidos como derechos fundamentales (ej. el derecho a la vida, la libertad, la salud, la educación, la propiedad, etc.).

Adicional a aquellos contenidos más fundamentales, existe otro conjunto de materias que las Constituciones pueden abordar con mayor o menor detalle, dependiendo de lo que decida cada país. Por ejemplo, la determinación de las facultades o el funcionamiento de los distintos poderes del Estado, es decir, el poder ejecutivo (presidente, ministros y otras autoridades), el poder legislativo (diputados y senadores) y el poder judicial (jueces); u otros órganos de importancia, como es el caso de nuestra actual Constitución de 1980, que contiene normas sobre el Ministerio Público o Fiscalía, las Fuerzas Armadas, la Contraloría General de la República, el Tribunal Constitucional, el Tribunal Calificador de Elecciones, entre otros.

Como vemos, el contenido puede ser diverso. Lo realmente importante, como afirmábamos en la pasada columna sobre ¿Cómo se hace una Constitución?, es que su contenido refleje y represente a la ciudadanía. Sobre esto, un estudioso alemán llamado Karl Loewenstein, estableció una clasificación de las Constituciones comparándolas con un vestuario para un país. Concluyó que había Constituciones que no interpretaban la realidad del país o que contenían cuestiones que no eran reales y las comparó con “un traje que le queda grande” a ese país. También identificó Constituciones que eran sólo una fachada que ocultaba regímenes no democráticos y las comparó con “un disfraz”. Finalmente, identificó Constituciones que realmente reflejaban las convicciones compartidas de un país y que esos ciudadanos y autoridades efectivamente la practicaban o actuaban según ella, diciendo que aquellas eran “un traje a la medida”.

La Constitución de Todos, los invita a reflexionar sobre nuestra actual Constitución, ¿es un traje a la medida, un disfraz o un traje desajustado? Te invitamos a opinar sobre la Constitución de Chile en www.laconstituciondetodos.cl

Mauricio Delgado Muñoz

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