La esperanza son los jóvenes

07 Febrero 2020

El tema de la juventud siempre da que hablar en todas las culturas y Chile no está ajeno a tratar de comprender la dinámica que tienen estos. Lo que si está claro es que si no escuchamos y atendemos a este segmento de la población no habrá posibilidad de gobernabilidad en los años que vienen.

Equipo El Morro... >
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De la poca gobernabilidad de los jóvenes no se salva ningún partido político, ni siquiera aquellos que se dicen la nueva política, pues para la juventud representan también los viejos vicios de la política más tradicional. Lo preocupante es que la ingobernabilidad también se puede ejercer al margen del voto. Un ejemplo de esto es a la base del 18-O están grupos de jóvenes organizados y menores de dieciocho años, así como el boicot a la PSU. La palabra “evade” pintada en todas las paredes de Santiago fueron pintadas también en distintas regiones del país. La perdida de confianza en la institución política no sugiere sino un margen amplio a quienes sostienen que “todo lo anterior no sirve”. Así no se puede visualizar ninguna salida viable a las problemáticas actuales.

¿A qué nos obliga la coyuntura? Me da la impresión que la primera apuesta al camino democrático es que nos pongamos de acuerdo en cuál es la democracia que buscamos. En este sentido el cambio de la Constitución política de 1980 es un primer paso. La base sustentable de cualquier diálogo ciudadano tiene que ser impulsada por el cambio. Pero también aparece una segunda clave que ha estado de relieve luego del 18-O; que es si la democracia deseada es capaz de sustentar los principios básicos de nuestros derechos humanos. Una democracia que ya ha perdido esa fuerza se convertirá en un bostezo democrático.

En Arica hay esperanza juvenil. Hoy mismo podemos ver en las calles de la ciudad a cientos de jóvenes bailando. Esa cifra dependerá del número de comparsas comprometidas y otros cientos de jóvenes que van a acompañar. El ensayo de las comparsas lleva su tiempo, el compromiso de estar. Todo esto habla de un joven que es capaz moverse con sentido. Su agrupación le muestra un espacio vital, se siente involucrado, es un engranaje del cuerpo, tiene un interés compartido, hay claridad de liderazgo y disciplina en el quehacer, hay compromiso de su parte y corresponsabilidad de sus lideres. Al contrario en la política actual casi no existe ninguno de estos adjetivos y lo que es peor recién la paridad comienza a despertar el interés de unos pocos. Y si hablamos de austeridad en el sistema del servicio público esto ya no existe.

¿Qué es lo que puede volver a reencantar a los jóvenes a una mayor participación política? El ser tomados en cuenta. La corresponsabilidad juvenil con el poder político.  Un joven no escuchado es el fin de una institución democrática. El problema es que la palabra “política” ya desencantó. Por tanto hay que buscar estrategias reales y creíbles de quienes han perdido toda credibilidad. Acercarse al lugar donde están aquellos más jóvenes, arriesgarse a conversar. Estar en los espacios de demanda juvenil, en sus primeras líneas, en sus asambleas, en la calle. Se trata de volver a ser creíbles y significativos.

Quién conoce a los políticos locales en Arica, quiénes son los presidentes de partido, quiénes son aquellos que quieren ser representantes de la ciudadanía: verdaderos ausentes del quehacer popular, incógnitos no sólo a la juventud sino  de la gran mayoría de la ciudadanía. 


La esperanza está en los jóvenes, ¿qué piensas?