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Hace algunos años en Chile el padre Esteban Gumucio SSCC escribía una bella poesía titulada “La iglesia que yo amo”. En esa poesía se hacía notar lo que era la llamada iglesia de los pobres, la del Cardenal Raúl Silva, la de los sacerdotes obreros y la de las comunidades eclesiales de base que en todo Chile y Arica tenían una impronta participativa y solidaria. No era la iglesia clerical y vertical en la que solo el obispo participa, sino una iglesia comunión en la que el pueblo mismo comenzaba a tener voz.

En los años 80's no era extraño ver en las parroquias El Carmen y Santa Cruz de Arica a muchos que se reunían escapando de las acciones violentas de la dictadura. La presencia de sacerdotes obreros también se mostraba en Arica. En una toma de la ciudad un sacerdote vivía la experiencia de ser gásfiter, el Padre Ignacio Vergara sj. Tiempos en los cuales, la iglesia de todos los días hacía comunión con el sentir y el caminar del pueblo. Los años ochenta fueron pasando, las iglesias ya no eran el lugar de los sin voz. La vuelta a la democracia volvía la participación democrática. En el Arica de hoy posiblemente sean otros los intereses o espacios de los católicos. No sería extraño que en el mall hubieran más fieles que en misa. 

Pero así y todo, en el Arica de hoy quedan experiencias eclesiales que son silenciosas, que caminan diariamente por la ciudad, y son muchas. Hablo de las visitadoras de enfermos, las y los ministros de comunión. Son hombres y mujeres que hacen iglesia en las calles no asfaltadas, caminando por los rincones donde la pasta base hace de las suyas y por donde la pobreza del abandono grita sus quejidos. 

La iglesia del silencio, la santa iglesia de todos los días, tiene rostro y en cada una de nuestras parroquias ariqueñas están presentes quienes son los que sostiene una iglesia que hoy se ha ido despoblando. 

La “Toñita”, es una de las tantas mujeres que representan esta santidad en la Iglesia de Arica. Ella es una mujer venida del pequeño pueblo de Belén. De tanto en tanto se toma la micro de recorrido y va a visitar esos rincones que dejó al venirse a Arica. A veces cansada, hoy tiene 75 años, después de haber educado a sus hijas y respaldado el crecimiento de sus nietos. Cuando ella sale a caminar, la gente la espera. Una visita de Toñita es como si Dios mismo estuviera presente en la casa que llega. Conoce todos los rincones de la población San José y Población Chile. Sabe quien está o quien ha partido. Con sus años de circo es capaz de indicarles a los sacerdotes de turno a quien hay que visitar cuando alguien se enferma. Mujer conciliadora, mujer trabajadora, mujer de iglesia, de esa iglesia que todos los días tiene que luchar el pan del sustento. 

Hoy me quise detener para dar gracias por personas como doña Toñita, que tanto bien le han hecho al Arica que todos conocemos. Sin ellas la iglesia de Arica no sería lo que es hoy. 

Extracto de la poesía del Padre Esteban Gumucio “La Iglesia que yo amo” 

“Amo a la iglesia de la diversidad, la difícil iglesia de la unidad.
Amo a la iglesia del laico y del cura, de San Francisco y de Santo Tomás,
La iglesia de la noche oscura y la asamblea de la larga paciencia.
Amo a la iglesia abierta a la ciencia, y esta iglesia modesta con olor a tierra,
Construyendo la ciudad justa, con sudores humanos,
Con el credo corto de los apóstoles.
Amo a la iglesia de los padre y los doctores,
De algunos sabios de hoy en día que escriben libros para los hombres y
no se quedan en librerías.
Amo a la iglesia de aquí y ahora,
La iglesia pobre de nuestro continente,
Teñida de sangre, repleta de gente
De pueblos antiguos sin voz y derrotados
Amo a la iglesia de la solidaridad
Que se da la mano en santa igualdad” 

(Fechada en septiembre de 1981 y publicada en Canto desde el centro pp. 83-89. Estos versos fueron enviados por el P. Esteban al Cardenal Raúl Silva Henríquez en reconocimiento a sus veinte años de pastor).

Lugares donde puede ayudar:

- Comedor del Carmen, cuenta corriente del Banco de Chile nº105-00979-02.
Parroquia Nuestra Señora del Carmen (mapa [13]) 
RUT: 65.490.740-4.
Correo electrónico: [email protected] [14]

- Comedor Capilla San Eduardo
Calle Juan Antonio Ríos 1100 (mapa [15])

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